Mudarse de país es mucho más que hacer maletas y buscar alojamiento. Es, también, adentrarse en una maraña de trámites donde los papeles hablan… pero sólo si están en el idioma correcto. España, como muchos países europeos, exige que cierta documentación extranjera esté debidamente traducida, y no vale cualquier traducción: tiene que ser jurada. Y sí, un error en este proceso puede costarte meses de espera o incluso el rechazo de tu solicitud.
Extranjería y traducción jurada: el papel que puede cambiarlo todo
¿Estás tramitando tu residencia, la nacionalidad o el permiso de trabajo? ¿Piensas reagrupar a tu familia? Entonces hay algo que te interesa saber: probablemente necesitarás traducir documentos oficiales, y si no lo haces bien, el proceso se paraliza. Así de simple.
Este artículo es para ti si:
- No tienes claro qué documentos debes traducir ni cuándo.
- Has oído hablar de la “traducción jurada” pero no sabes exactamente qué es.
- No quieres perder tiempo ni dinero con errores evitables.
Vamos al grano, pero con profundidad. Te explicamos:
- Qué documentos suelen pedir traducidos en Extranjería.
- Cuál es la diferencia entre una traducción simple y una jurada.
- Cómo elegir un traductor jurado.
- Qué errores comete la gente (y cómo evitarlos).
- Qué hacer paso a paso para que tu documentación esté en regla y sin sorpresas.
Todo, con ejemplos reales, datos actualizados a 2025, y el respaldo de expertos como los de Traductores Jurados ITrad, especializados en traducciones con validez legal.
Los papeles que sí o sí necesitarán traducción en extranjería
El pack personal: certificados que siempre van por delante
Nacimientos, matrimonios, divorcios, defunciones
Si hay un trámite estrella, ese es la reagrupación familiar. Y aquí entran en juego las partidas de nacimiento, certificados de matrimonio o de divorcio. Si vienen de otro país y no están en español, toca traducción jurada.
Documentos de identidad
El pasaporte suele ser obligatorio. ¿Traducción? Depende. Algunos organismos aceptan copia simple. Pero si se trata de acreditar identidad ante notaría o para obtener NIE, mejor con traducción jurada.
Estado civil
Parece un detalle, pero no lo es. Si te vas a casar en España o a registrar un matrimonio extranjero, te pedirán certificar tu estado civil. Sí, con traducción jurada.
Formación y experiencia: el papelito habla… si está traducido
Títulos y diplomas
Para trabajar en sectores regulados o estudiar en España, deberás homologar tus estudios. Y para eso, necesitas la traducción jurada de tu título y, normalmente, del expediente.
Historial académico
Universidades y empleadores quieren saber qué has estudiado y con qué nota. No vale solo el diploma: también tu anexo con las asignaturas debe estar traducido.
Contratos y recomendaciones
¿Solicitas residencia por trabajo o visado de profesional cualificado? La Administración puede pedirte prueba de tu experiencia: contratos, cartas de recomendación… traducidas por un traductor jurado.
Asuntos legales: cuando lo que está en juego es la seguridad jurídica
Certificados de antecedentes penales
No hay trámite sin este documento. Para nacionalidad, residencia o incluso adopciones, es imprescindible. Y debe estar traducido por un traductor jurado.
Sentencias judiciales
Divorcios, custodias, tutelas, adopciones… Si hay un juez implicado, hay papeles. Y si hay papeles extranjeros, hay que traducirlos con todas las de la ley.
Poderes y autorizaciones notariales
Si actúas en nombre de otro o autorizas a alguien a hacerlo por ti, necesitarás presentar estos documentos traducidos.
Cómo traducir tus documentos sin perder tiempo ni cometer errores
Un traductor jurado no es un traductor cualquiera
Parece obvio, pero no lo es. Un traductor jurado es alguien que ha sido autorizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores para traducir documentos con validez legal en España. Su traducción lleva sello, firma y certificación.
Formato, tiempos y envíos: los detalles importan
- Formato: Las traducciones juradas se entregan impresas y firmadas, o en PDF con firma digital válida.
- Tiempos: No lo dejes para el último día. Una traducción jurada puede tardar entre 2 y 5 días, más si hay varios documentos o idiomas complejos.
- Documentos: Asegúrate de que los originales estén completos, legibles y sin tachaduras. Si hay errores, la traducción no servirá.
¿Traducción jurada o simple?
Una buena regla: si el documento afecta a tus derechos legales, económicos o migratorios, necesita traducción jurada. Para cualquier otro uso informal, puede bastar una traducción simple. Pero cuidado: si tienes dudas, pregunta al organismo que te lo solicita.
Preguntas frecuentes que deberías hacerte (y responder)
¿Todos los papeles tienen que traducirse?
No. Pero la mayoría de los que presentas en Extranjería sí. Sobre todo, si son documentos emitidos en otro idioma y tienen valor legal.
¿Caduca una traducción jurada?
La traducción en sí, no. Pero si el documento original tiene fecha de caducidad, como los antecedentes penales, entonces sí: la traducción se “vuelve vieja” con él.
¿Puedo hacer yo la traducción si domino el idioma?
No, ni se te ocurra. Aunque hables el idioma mejor que un nativo, sin ser traductor jurado tu trabajo no tiene validez legal.
¿Qué pasa si entrego una traducción no jurada?
Lo más probable: que la rechacen. Te darán un plazo para corregirlo, pero habrás perdido tiempo valioso. En algunos casos, puedes perder incluso tu cita o el plazo oficial.
No es sólo traducir, es traducir bien
El mundo de la extranjería no perdona errores. Y mucho menos cuando se trata de documentación oficial. Una traducción mal hecha —o hecha por quien no debe— puede costarte meses. O el trámite entero.
Nuestra recomendación es clara: acude siempre a profesionales acreditados, como los de Traductores Jurados iTrad, que conocen los requisitos, los formatos exigidos y los matices de cada documento. Hazlo bien desde el principio. Porque en extranjería, cada papel cuenta. Y cada firma, también.
¿Estás reuniendo tus documentos? Entonces hazlo con la tranquilidad de que serán válidos. La traducción jurada es una inversión que evita disgustos. Y eso, en un proceso que ya de por sí es estresante, no tiene precio.


