CÓMO DISTINGUIR A UN BUEN TRADUCTOR DE UNO MALO

CÓMO DISTINGUIR A UN BUEN TRADUCTOR DE UNO MALO

CÓMO DISTINGUIR A UN BUEN TRADUCTOR DE UNO MALO

En la sociedad globalizada en la que vivimos, la traducción se ha convertido en una actividad realizada en todos y cada uno de los ámbitos de la existencia humana. El hecho es que, en la realidad, los traductores se encuentran muchas veces relegados a la sombra, en un plano inexistente o poco apreciable. Sin embargo, esta figura posee una gran importancia en todos los aspectos, desde el contenido que se visualiza en Internet hasta en todos y cada uno de los productos que uno adquiere. Las personas ajenas al mundo de la traducción suelen confundir a menudo a las personas que dominan un idioma extranjero con los traductores. De hecho, poco tienen que ver y el dominar una lengua no es sinónimo de poder traducirla. Por lo tanto, en la publicación de hoy, abordaremos cómo distinguir un buen traductor de uno malo.

Meticulosidad

Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de dilucidar si un traductor es válido y capaz de realizar un trabajo en condiciones y de calidad es la meticulosidad en su trabajo. Un buen traductor no se ciñe a trasladar las palabras de un idioma a otro, sino que realiza un trabajo de mediación intercultural en el que tiene en cuenta todos y cada uno de los aspectos culturales presentes en el texto para descifrar dicho enigma a un público, a menudo, con una cultura e idioma totalmente diferentes. A un buen traductor no se le pasa por alto una referencia cultural, un matiz, un significado por muy sutil que sea… La meticulosidad es, en definitiva, una de las virtudes de un buen traductor respecto a uno carente de las características esenciales e imprescindibles del profesional de la traducción.

Dominio del idioma materno o lengua meta

El dominio activo de su lengua materna es clave para poder traducir de forma óptima y de calidad. A menudo, la forma más rápida y simple de distinguir a un buen traductor de uno malo es simplemente centrándose en errores de calcos, tanto léxicos como sintácticos y gramaticales. De la misma manera, errores en el texto meta cuando uno traduce hacia su propio idioma resultan en una mala imagen y falta de credibilidad ya que, si no se maneja de manera profesional el idioma propio de uno, ¿cómo se puede pretender demostrar que se ha comprendido correctamente el idioma origen?

Sentido común

No obstante, si hay una característica que reina sobre las demás y que diferencia a un excelente traductor de un mero hablante de un idioma, ya sea extranjero o materno, es el sentido común. Parece banal hablar de sentido común, pero es una carencia que llama la atención en las sociedades actuales. Un traductor con sentido común resolverá cada minúsculo problema y dificultad de traducción, así como superará cualquier obstáculo que se le ponga por delante.

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